Cuando uno no se encuentra del todo bien como quisiera, y necesita ese empujón que le de arranque hace motor que llamamos corazón, para desandar este largo camino que de a ratos es como uno quiere y por otros no tanto, pero que hace que esto que denominamos nuestras vidas sea divertido y siempre tenga una razón para poner en funcionamiento los sentidos. Aveces llorar, aveces reír... en definitiva de eso se trata, comprender que uno es un cumulo de experiencias entrelazados a manera de sentimientos. Bueno esto que se ve y les presento es el combustible de mi motor, los que están siempre conmigo los que se aguantan los momentos de locura (que son muchos), comparten mis alegrías y las suyas y me brindan su apoyo de manera incondicional en forma de una sonrisa, de una palabra, un silencio, de un abrazo y un beso, de un reto o de un "sos boludo o te haces", simplemente están cuando tienen que estar.
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